COSMÉTICA E HIGIENE

Si estás buscando productos de alta calidad para el cuidado de tu piel y cuerpo, Farmasana es para ti.

Contamos con una amplia variedad de productos de cosmética y cuidado personal, desde cremas hidratantes hasta productos para el cuidado del cabello. Todos nuestros productos son de marcas de renombre y están elaborados con ingredientes naturales.

En nuestra tienda online, encontrarás todo lo que necesitas para cuidar tu piel y cuerpo, y sentirte bien por dentro y por fuera.

Así que no esperes más, ¡cuida tu piel y cuerpo con nuestros productos de cosmética e higiene personal de calidad!

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COSMÉTICA E HIGIENE

HIGIENE Y CUIDADO DE LOS PIES

Cuídalos, ellos te aguantan como nadie

Si bien es verdad que necesitan más cuidado y atención que muchas otras partes de nuestro organismo, no es menos cierto que los pies constituyen una de las partes de nuestro organismo menos atendida en la práctica. Las modas, los hábitos de vida y el uso de calzado inadecuado provocan que las afecciones de los pies sean un problema sanitario de primer orden si nos guiamos por el gran número de personas que las presentan.

Más del 80% de la población sufre algún problema en los pies. Éstos deben soportar a diario nuestro peso corporal y se encuentran sometidos a continuas agresiones. No es de extrañar que las patologías que les pueden afectar sean frecuentes y diversas. Aun no tratándose de enfermedades graves (excepto en personas diabéticas o con problemas circulatorios), las lesiones en los pies pueden llegar a ser muy molestas, y pueden incluso deteriorar la salud y mermar nuestra calidad de vida. En la mayoría de ocasiones la adopción de una serie de medidas higiénicas y la elección de un calzado adecuado puede prevenir o, en cualquier caso, paliar muchos de estos problemas.

  • Hábitos y productos: En cuanto a la higiene diaria, tanto individuos sanos como enfermos deben adoptar una serie de hábitos para conseguir una adecuada atención de sus pies. Los pies se deben lavar a diario. Para el lavado no se utilizará agua excesivamente caliente ni se dejarán los pies en remojo durante demasiado tiempo; asimismo, se debe utilizar jabones no excesivamente agresivos aunque sí ligeramente antisépticos y desodorantes.

  • Baños: El baño de pies estimula la circulación sanguínea, elimina las secreciones sudorales y reduce temporalmente la infección bacteriana. Si el baño es alcalino ablanda la capa endurecida de la queratina de la piel, durezas, callos, etc.

  • Polvos: Tienen la finalidad de mantener los pies secos y reducir la perspiración y los malos olores. Suelen contener un agente fúngico o fungiostático que al quedar disuelto en la sudoración actúa previniendo o combatiendo la infección podológica.

  • Aerosoles: Los pulverizados se aplican para enfriar y refrescar los pies cansados. Generalmente, contienen agentes antimicrobianos, sustancias antiperspirantes y polvos absorbentes.

  • Cremas: Las cremas aplicadas mediante masaje constituyen uno de l0s mejores tratamientos para el descanso y relajación de los pies. Pueden contener en su formulación agentes antimicrobianos, antiperspirantes, queratolíticos suaves, vasodilatadores que estimulan la circulación, sustancias refrescantes y productos que proporcionan propiedades emolientes y suavizantes de la piel.

Si bien es verdad que necesitan más cuidado y atención que muchas otras partes de nuestro organismo, no es menos cierto que los pies constituyen una de las partes de nuestro organismo menos atendida en la práctica. Las modas, los hábitos de vida y el uso de calzado inadecuado provocan que las afecciones de los pies sean un problema sanitario de primer orden si nos guiamos por el gran número de personas que las presentan.

Más del 80% de la población sufre algún problema en los pies. Éstos deben soportar a diario nuestro peso corporal y se encuentran sometidos a continuas agresiones. No es de extrañar que las patologías que les pueden afectar sean frecuentes y diversas. Aun no tratándose de enfermedades graves (excepto en personas diabéticas o con problemas circulatorios), las lesiones en los pies pueden llegar a ser muy molestas, y pueden incluso deteriorar la salud y mermar nuestra calidad de vida. En la mayoría de ocasiones la adopción de una serie de medidas higiénicas y la elección de un calzado adecuado puede prevenir o, en cualquier caso, paliar muchos de estos problemas.

  • Hábitos y productos: En cuanto a la higiene diaria, tanto individuos sanos como enfermos deben adoptar una serie de hábitos para conseguir una adecuada atención de sus pies. Los pies se deben lavar a diario. Para el lavado no se utilizará agua excesivamente caliente ni se dejarán los pies en remojo durante demasiado tiempo; asimismo, se debe utilizar jabones no excesivamente agresivos aunque sí ligeramente antisépticos y desodorantes.

  • Baños: El baño de pies estimula la circulación sanguínea, elimina las secreciones sudorales y reduce temporalmente la infección bacteriana. Si el baño es alcalino ablanda la capa endurecida de la queratina de la piel, durezas, callos, etc.

  • Polvos: Tienen la finalidad de mantener los pies secos y reducir la perspiración y los malos olores. Suelen contener un agente fúngico o fungiostático que al quedar disuelto en la sudoración actúa previniendo o combatiendo la infección podológica.

  • Aerosoles: Los pulverizados se aplican para enfriar y refrescar los pies cansados. Generalmente, contienen agentes antimicrobianos, sustancias antiperspirantes y polvos absorbentes.

  • Cremas: Las cremas aplicadas mediante masaje constituyen uno de los mejores tratamientos para el descanso y relajación de los pies. Pueden contener en su formulación agentes antimicrobianos, antiperspirantes, queratolíticos suaves, vasodilatadores que estimulan la circulación, sustancias refrescantes y productos que proporcionan propiedades emolientes y suavizantes de la piel.